Los primeros visos de la cuaresma

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Mayte Huguet

Varias Dolorosas ya visten de hebrea anunciado el tiempo que llega en apenas dos semanas

Aunque el ritmo del 3x4 inunda la ciudad por los cuatro costados, en Cádiz hay más vida más allá del Carnaval. Una vida que no cesa en las casas de hermandad de las diferentes corporaciones de la ciudad. Para los cofrades no hay tiempo de descanso, ni siquiera en verano. Pero en esta fecha, los trabajos comienzan a ser más intensos.
El próximo 14 de febrero será Miércoles de Ceniza. Entonces comenzará la Cuaresma. Aunque, como ya es tradición, no dará sus primeros pasos reales hasta la celebración del vía crucis de oficial de las hermandades el lunes 18 de febrero.
Pero a pesar de que aún quedan 3 semanas, ya la Cuaresma se deja ver en las iglesias gaditanas.
Dentro de los templos, en sus capillas, ya se puede disfrutar de las imágenes de las distintas Dolorosas vestidas de hebrea. Es una vestimenta propia de este tiempo y que, además, acerca aún más a la Virgen María a sus devotos.
Y es que a Ella se le despoja de todos los elementos ostentosos, como la corona de Reina o joyas. Y se la viste como se cree que vestía la Madre de Jesús a los pies de la Cruz, la indumentaria propia de la época en Palestina. 
Pero, ¿cuál es el verdadero origen de esta costumbre? Nace a principios del siglo XX, en Sevilla, de la mano de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Un hombre que marcó una época y que puso las bases del estilo de la Semana Santa que hoy conocemos.
Él era bordador, diseñador y vestidor. Y a él le ocurrió vestir a la Virgen María de hebrea cuando era miembro de la junta de gobierno de la cofradía de la Hiniesta. La Dolorosa de esta cofradía fue precisamente la primera en vestir así. Amaneció una mañana con un sencillo paso, con una faja y el rostro enmarcado por un velo plisado. Y sobre su sien no aparecía su corona, sino una nimbada de estrellas. 
Aunque impactó aquella vestimenta, caló pronto entre los vestidores de la capital sevillana y rápidamente se exportó al resto de Andalucía.
En Cádiz se cree que fue la Virgen del Amparo la primera que visitó de hebrea. Bartús tomó la idea y la trajo rápidamente a la ciudad.
Un siglo después, la tradición sigue manteniéndose y en este tiempo de reflexión, María se sigue despojando de sus realiza para recordanos que llega la Cuaresma, donde los cristianos deben prepararse para la celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.