investigadores de la uca desarrollan una nariz electrónica para detectar gasolina en incendios

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Investigadores de la UCA que han desarrollado el invento
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Es un sistema de identificación de compuestos inflamables, que analiza las muestras obtenidas in situ y concreta su naturaleza en menos de 15 minutos y permite, además, apuntar la posible intencionalidad de un fuego

Científicos del grupo de investigación 'Agroalimentaria y Vitivinícola' de la Universidad de Cádiz (UCA) han desarrollado un método con una nariz electrónica que detecta la presencia de gasolina en un incendio tras las labores de extinción.
Según informa la Fundación Descubre en un comunicado, se trata de un sistema de identificación de compuestos inflamables, que analiza las muestras obtenidas in situ y concreta su naturaleza en menos de 15 minutos, permite además apuntar la posible intencionalidad de un fuego.
La tipificación de los materiales involucrados en un siniestro resulta en muchos casos complicada e inexacta. La propia naturaleza destructiva del fuego, el contacto con el aire y otros materiales presentes en el incendio, producen una bajada de intensidad y por tanto, una modificación de los restos de líquidos que generalmente dificulta su identificación.
Este proceso de degradación (en inglés 'weathering') que soporta la gasolina en casos de incendio provoca cambios en su composición química, como recogen los expertos en este estudio, titulado 'Study of the Weathering Process of Gasoline by eNose' y publicado en la revista Sensors.
En este sentido, los científicos señalan que durante esta fase de evaporación tras un incendio, los compuestos más volátiles (aquellos que se evaporan más fácilmente) desaparecen frente a otros que permanecen.
"La detección inmediata tras el fuego resulta de gran utilidad, porque con el paso de las horas los hidrocarburos se transforman. Parte de sus componentes se evaporan y por esta razón, su naturaleza cambia", ha afirmado a la Fundación Descubre la investigadora de la Universidad de Cádiz María José Aliaño, responsable de este trabajo.
Además de obtener información útil en cuestión de minutos, la nariz electrónica reduce el factor riesgo, según los científicos. Durante este estudio, los expertos han demostrado que este sistema es capaz de determinar la presencia de gasolina después de un mes, lo que permite suficiente para asegurar el lugar donde se produjeron los hechos.
"La utilización de este dispositivo ofrece ventajas tanto en el tratamiento de la información, ya que facilita la selección de datos relevantes, como por el hecho de facilitar el tiempo necesario para salvaguardar en todo momento la seguridad de quienes realizan la toma de muestra", ha aclarado Aliaño.
El procedimiento para iniciar este método comienza con la introducción de las muestras en unos recipientes especiales para aplicarles diferentes temperaturas y de esta forma crear el espacio de cabeza (zona donde se concentran los compuestos volátiles) que a continuación "huele" la nariz electrónica. Con un software que funciona como cerebro de la técnica y que está previamente entrenado analizan la información obtenida.
RECREACIONES A BAJA ESCALA
Con el fin de evaluar la influencia del proceso de desgaste tanto en la cantidad como en los materiales, los expertos prepararon 72 modelos diferentes. Para ello, agregaron dos volúmenes diferentes de gasolina, concretamente 40 y 80 microlitros, en piezas cuadradas compuestas de cuatro materiales diferentes (madera de pino, corcho, papel y algodón) introducidos en los viales.
Como resultado, los expertos corroboraron que este sistema de identificación discrimina muestras de gasolina vaporizadas independientemente del soporte usado. "Observamos que, por ejemplo, seis horas después de un supuesto incendio, la gasolina había perdido la mayor parte de su intensidad y, después de este tiempo, también había cambiado su naturaleza drásticamente", ha apuntado la responsable del estudio.
A raíz de todos estos datos, los investigadores están confeccionando una base de datos con huellas dactilares de líquidos inflamables. En ella, además de materiales puros, existen múltiples combinaciones. "La biblioteca que nos gustaría crear es incalculable porque encontraríamos desde líquidos mezclados con otros compuestos, restos que se adhieren a determinadas superficies y hasta casos en los que entran en contacto con agua o con sangre", según ha enumerado Aliaño.
En esta primera fase del estudio, los científicos han analizado la viabilidad de la nariz electrónica en la detección e identificación de restos de gasolina, que ampliarán al diésel y la parafina en estudios posteriores. Así, Alino ha argumentado que la investigación ha comenzado con la gasolina por ser "un líquido de fácil adquisición" y de "uso más extendido", además de ser el líquido que se involucra con mayor asiduidad en incendios.
Con este trabajo, financiado por fondos del Plan Propio de la Universidad de Cádiz dentro del Programa de Fomento e Impulso de la Investigación y de la Transferencia, este equipo de expertos persigue posicionar la nariz electrónica como una herramienta de trabajo adicional en el ámbito de la química forense. "Nuestro objetivo principal se centra en ofrecer nuevas técnicas analíticas resultantes del trabajo científico que optimicen el tiempo de respuesta tras un incendio", ha apostillado Aliaño.