Mujeres de forja en los astilleros gaditanos

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Almudena de la Montaña

El observatorio Argos nos descubre que en 2017 frente a los más de 9900 contratos a hombres realizados en la Bahía de Cádiz en el sector industrial, tan sólo un 8 por ciento de los contratos fueron realizados a mujeres. En las factorías navales gaditanas buscan abrirse paso en un mundo eminentemente masculino

No es de extrañar, que aún en pleno siglo XXI una soldadora pueda ser una sorpresa para más de uno. Y es que el sector del metal ha avanzado poco, muy poco en las políticas de género. Sigue siendo un ámbito mayoritariamente masculino. En concreto, la construcción naval es foco indiscutible en nuestra provincia y en nuestro país de esa masculinización. Un dato del observatorio Argos nos descubre que en 2017 frente a los más de 9900 contratos a hombres realizados en la Bahía de Cádiz en el sector industrial, tan sólo un 8 por ciento de los contratos fueron realizados a mujeres.
La actual Navantia tiene con la provincia de Cádiz una vinculación muy especial. A principios de los setenta, los astilleros españoles construían el 5,2 por ciento del total mundial de buques. Desde entonces, la factorías han perdido un 48 por ciento de su capacidad productiva, y un 40 por ciento de los más de 10.000 trabajadores que llegaron a tener. A día de hoy de esta empresa pública dependen directa o indirectamente más de 11.000 personas, el 3 por ciento del empleo en Cádiz, y el 32 por ciento de los puestos de trabajo en el sector industrial. Una pequeña parte son mujeres.
Todo empieza en la formación. En 1975 de los más de 1000 alumnos de Navales en España, sólo 4 eran mujeres, y casi todas por la vocación de alguno de sus familiares, y por supuesto de su consentimiento. Fueron pasando los años, y eran pocas, pero cada vez más las mujeres que se planteaban realizar estudios “de hombres”.
Las ingenieras ya son ingenieras por vocación en su mayoría, aunque saben que han arrastrado vicios de las propias universidades, cuando era también mínima la representación femenina.
Hablamos de ingenieras, donde actualmente la mujer ha dado pasos agigantados en su integración, tanto en la educación como en el mercado laboral. Pero también debemos hablar que en otras líneas formativas, el papel femenino está comenzando a ser importante en esas tradicionales "ocupaciones masculinas".