Las técnicas de reanimación cardiopulmonar podrían salvar más de 750 vidas al año en la provincia
Entre ellas está el uso del desfibrilador semiautomático, fundamental cuando la persona sufre parada cardíaca, ya que cubre el tiempo, una media de 10 minutos, desde que se produce el fallo hasta que llega los servicios de emergencia
Desde la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias 061 aseguran que hay un porcentaje importante de muertes súbitas que se producen fuera del hospital y que muchas de ellas son reversibles si se llevan a cabo las maniobras adecuadas a tiempo. Es por ello que el uso del desfibrilador semiautomático puede salvar una vida, porque cubre el tiempo que se tarda entre que se produce la parada ó el fallo cardíaco, hasta que los servicios de emergencia llegan al lugar, que suele ser de una media de 10 minutos.
En este sentido, los intensivistas andaluces instan a la población a aprender técnicas de reanimación cardiopulmonar con las que sólo en Cádiz se podrían salvar más de 750 vidas al año.
De esta forma, el primer eslabón de la cadena es saber reconocer una parada cardíaca, detectar su importancia y saber que actuar rápidamente es esencial. Ante cualquier persona desplomada hay que comprobar si respira y responde a estímulos. Si no lo hace, hay que avisar al 112 ó al 061 aclarando que es una posible parada cardíaca e indicando la localización más exacta posible. Si se hace de forma correcta, el servicio de emergencias enviará un equipo lo antes posible. Acto seguido, se debe proceder a iniciar el masaje. Se deben poner ambas manos en el centro del esternón del paciente y hacer compresiones hacia abajo con los brazos extendidos en ángulo recto respecto al cuerpo de la víctima. Hay que comprimir el esternón hacia abajo unos 4-5 centímetros, el ritmo aconsejable es de 30 compresiones torácicas y dos ventilaciones. El masaje cardíaco se debe mantener hasta que la víctima recupera el conocimiento o hasta que llegue la asistencia médica. Es fundamental que el masaje lo inicie la primera persona que vea la parada cardíaca y se mantengan en el tiempo. Si esperamos a una ambulancia sin hacer nada, lo más probable es que la víctima fallezca.
Sólo si la víctima está inconsciente y no respira habrá que utilizar el desfibrilador. Básicamente, lo que hace este dispositivo es descargar la actividad eléctrica de todas las células del corazón a la vez y al reiniciar ‘desde cero’ la actividad del corazón, éste recupera su ritmo habitual normal.
Los desfibriladores llevan usándose en medicina desde 1947. Hace una década comenzaron a desarrollarse equipos portátiles y autónomos que nos han permitido acercar la desfibrilación a la población. El desfibrilador externo semiautomático es un aparato de manejo sencillo que no requiere de una instrucción previa y cuyo uso precoz puede salvar muchas vidas.