Antonio rivas escenifica el fin del reino de don carnal con la quema del dios momo en san antonio
La mágica noche contó con las actuaciones de la orquesta Caballati, el coro de Adela del Moral, Sergio Monroy, la chirigota de Manolín Gálvez, la comparsa de Pepito Martínez, Carmen Jiménez Barea y el coro de Julio Pardo, que a los sones del popurrí de "La Tienda de la Cabra" entonó el final de la figura alegórica pasto de las llamas
La tradicional fiesta de la quema del Dios Momo no defraudó para el numeroso público que se dio cita en la plaza de San Antonio y que para la especial ocasión le dio voz en la figura del conocido autor de agrupaciones, Antonio Rivas, y que fue presentado por su hijo Antonio Luis Rivas en un sentido guiño generacional.
Tras la introducción con el afamado pasodoble "Era un balcón". El teclado de Sergio Monroy dio sonido a las primeras letras del pregón en el que no faltó un reconocimiento a la recientemente nombrada hija predilecta de la ciudad, Adela del Moral, a la que se refirió en la etapa de colaboración en los años 80 con la que "conocimos el triunfo y la derrota, pero que bien sabe el triunfo cuando viene precedido de una derrota". La interpretación del tango del coro 'la Viudita Naviera' plasmó el mejor homenaje.
La velada pedía el humor tan clásico de la chirigota con la que Rivas siempre aportó en su firma en el grupo de Manolín Gálvez con el que alcanzó dos terceros premios consecutivos en 2007 y 2008. A esa modalidad evocó cariñosamente "Chirigota chirigotati, Que tienes tú que me volviste a llamar con todas tus castati. Se me cruzó en el camino Manolín Gálvez". Y es por ello que sonaron los pasodobles de 'Los Eduardos' y 'Los Gladiadores de La Caleta' para rendir su justa gratitud a lo que ha supuesto su fecunda carrera en las tablas del Falla.
En el repaso vital carnavalero de Rivas tampoco faltó una atención para la comparsa ya que en los últimos años también su pluma sirvió a este género, primero con 'Los Majaras', de El Puerto de Santa María, y desde el 2014 con la comparsa 'La Remolinera', y así la conjuraba en la noche mágica "¿vámonos a la comparsa? Po vámonos pal Puerto Del Puerto a Cai y de Cai al Puerto a calentar ese Teatro de nuestros sueños". Los pasodobles de 'Medio siglo', 'Un pais llamado Cádiz' y de 'Llámame Jesús' este último interpretado por la cantaora Carmen Barea.
Y para el final sin duda el coro y la exitosa colaboración de dos décadas de Julio Pardo, con quien ha cosechado todo un repertorio de laureles de más de 20 finales y varios primeros premios, entre ellos los de 'La tienda de la cabra', 'El buque escuela', 'La gaditana', 'Cumpleaños feliz', 'El coro', 'El pregón', 'Por los bloques' o 'El coro la catedral', y del que se refirió "conocí la gloria, desde Guanahanní a ese Don Taratachín, que no era más que una versión de Dios Momo convertido en duende juguetón que suele visitarte en noches como esta en noches de carnaval". Para ello que mejor muestra con la presentación de "La Tienda de la Cabra" y el tango de "Don Taratachín".
Las palabras finales de Rivas sentenciaban al Momo presto a ser pasto de las llamas. Sentencia de un juez del carácter afable y de sangre carnavalera según dictó con unas "gracias a todos los amigos, componentes, autores, directores, Dios Momo cierra este Carnaval entonando una vez más Amigos para siempre, si te gusta el carnaval".
El popurrí de 'La tienda de la cabra' amenizó el fuego de un Momo que se consumió entre los aplausos de un publico que disfrutó del final del reinado de Don Carnal. El humo se llevó en el aire el sentido, las coplas y le recuerdo, pero no la alegría que aguantará durante 12 meses hasta su resurgimiento como el ave fénix en forma de un nuevo Carnaval.