Imparable deterioro del molino del río arillo
El enclave sigue en estado de abandono y sin proyecto para su recuperación
Han pasado tres décadas desde que el Ayuntamiento de Cádiz dio los primeros pasos para adquirir este enclave, en manos en aquel entonces de la Unión Salinera. No fue hasta 2007 cuando se llevó a término el expediente de expropiación, y se ejecutaron las primeras obras de seguridad para garantizar la integridad de lo que quedaba en pie del molino de mareas.
Empezó entonces una disputa entre administraciones públicas a cuenta de las competencias sobre este enclave situado a las puertas del Parque Natural Bahía de Cádiz. La Demarcación de Costas, del Ministerio para la Transición Ecológica, siempre ha defendido que se trata de suelos de dominio público marítimo terrestre y por tanto, le corresponde su rehabilitación y puesta en valor.
Una solución que continúa en el aire y que mantiene este enclave en situación de abandono y deterioro progresivo. El molino de mareas del Río Arillo, es uno de los escasos ejemplos en pie de lo que fue la industria salinera en la Bahía de Cádiz. Una construcción del siglo XVIII apuntalada para garantizar su seguridad, dañada por grafitis y pintadas y rodeada de basuras y escombros.
En estado de abandono, a lo largo de estas décadas las administraciones públicas han realizado infructuosos intentos de proyectos para dotar de uso a este enclave, acorde a su papel histórico y compatible con un entorno de enorme valor medioambiental.