Ahora sí: solo sí, será sí
La nueva Ley de Libertad Sexual delimita el concepto de consentimiento, buscando el cambio de paradigma: a partir de ahora se deberá demostrar la violencia de la agresión, y no, la inocencia de la víctima. Este 25 de noviembre se celebra con este anteproyecto pendiente de los últimos informes.
Fue a partir del caso conocido como de ‘La Manada’ lo que hizo que en España saltaran todas las alarmas. Se había pasado por alto una pieza clave en el Convenio de Estambul, ratificado por España, en cuanto a violencia contra las mujeres.
Ahora, y tras un periodo de estudio, el anteproyecto de la nueva Ley de Libertad sexual ya casi es una realidad. Una Ley que pone el foco en la agresión ante una violación, y no deja lugar a la interpretación sobre la concurrencia de la víctima. Es decir, el consentimiento ahora deberá ser inequívocamente sí.
Para ello desaparece la figura de abuso. Solo existirá la agresión, haya o no violencia e intimidación, aunque siempre habrá características propias de casa caso.
Otra novedad: también las relaciones no consentidas dentro de la pareja se considerará agresión.
A pesar de las voces discrepantes sobre estas nuevas concreciones, seguirá existiendo la posibilidad de interpretación por magistrados y magistradas, pero de ella no dependerá lo esencial.
La nueva Ley incide también en ello: todos los operadores jurídicos, estén o no especializados en violencia contra la mujer deberán formarse en perspectiva de género.
Con todo, la nueva norma viene a avanzar en el concepto de la libertad sexual como un bien jurídico protegido. Aunque las nuevas realidades hacen presagiar que habrá que seguir avanzando en este término.
La nueva Ley de Libertad sexual está actualmente a expensas de los informes de órganos como la Fiscalía General; tras lo que, revisado por el Ministerio, deberá pasar al Consejo de Ministros para su aprobación.