¿Cómo funcionan las vacunas?
Los tres tipos de vacunas que existen actualmente generan una respuesta contra la proteína S, la culpable que se genere la infección en nuestro sistema inmunitario. Se realiza a partir de esta misma proteína aislada del virus, producida en laboratorio o modificada genéticamente, en ningún caso se inocula el virus completo.
Cualquier enfermedad supone que nuestro cuerpo no es capaz de superar la expansión del virus o bacteria causante, es decir, una infección.
En el caso de la COVID sucede exactamente igual. La primera vez que una persona se infecta, su cuerpo usa todas las herramientas para combatirla y vencerla. Tras superarla, el sistema inmunitario conserva las llamadas células de memoria (linfocitos T), que recuerdan al cuerpo cómo proteger al organismo; y al mismo tiempo, a los linfocitos B, que se ocupan de combatir el virus.
Aunque respecto a esta inmunización, los expertos siguen estudiando el tiempo durante el cuál estas células de memoria pueden proteger a una persona contra el coronavirus.
¿Qué hacen las vacunas? En general, funcionan imitando al virus o a la bacteria, haciendo que el cuerpo las reconozca y actúe contra ellas. En el caso del SARS-CoV-2 se ha descubierto que la responsable de la infección es la proteína S (spike o espícula), por lo que casi todas las vacunas (más de 200 en estudio) la incluyen: ya sea aislada del propio virus, producida en laboratorio (ARN mensajero) o una secuencia genética en un vector (ADN modificado).
Ninguna vacuna, por tanto, inocula el virus al completo, como sucedía con otras vacunas tradicionales, por lo que nunca producirán la enfermedad que causa este patógeno.
Tras la inyección de las dos dosis (la mayoría de las vacunas), el organismo tarda un tiempo en generar esa memoria que le permitirá defenderse, por lo que podría ser posible infectarse tras ser vacunado durante un cierto periodo de tiempo.
Desde la Organización Mundial de la Salud se advierte que aún se está estudiando la posibilidad de que una persona vacunada pueda contagiar a otras. Hasta que existan ensayos que lo confirmen, es imprescindible mantener las medidas de seguridad, por el bien de toda la sociedad.