Lágrimas y emoción para el reencuentro más esperado
Cientos de familiares han esperado en el muelle de Cádiz a la tripulación de Elcano
Cada año se repite la misma estampa, la del abrazo y las lágrimas del encuentro de los familiares con la tripulación de Elcano una vez que el barco llega a tierra. Han sido diez meses de espera, y este año además, con el agravante de saber que la dotación del crucero de instrucción ha tenido que estar confinada por la pandemia en esta undécima vuelta al mundo que ha conmemorado el V Centenario de la Primera Circunnavegación de la Tierra.
"Le he conocido hoy", afirmaba el capitán Diego Páramo al abrazar emocionado al menor de sus hijos, un bebé de cuatro meses que ha nacido mientras él estaba embarcado en el buque. El tripulante ha reconocido que ha sido una experiencia "utópica", pero se ha mostrado orgulloso por cumplir la misión y ser embajadores de España por todo el mundo. La misma opinión tenía su compañera de mando, Rebeca Correa, quien estaba todavía en estado 'shok' tras el encuentro con sus seres queridos, pero feliz al asegurar que ahora van a tener unos días para disfrutar en familia. Correa también ha destacado que ha sido una experiencia dura pero que ha merecido la pena y ha sacado el lado positivo en cosas como el fomento del compañerismo.
Así, otros familiares que esperaban con menores en el puerto también subrayaban el reto que ha supuesto para la familia estos diez meses sin sus seres queridos en casa. Algunos destacaban como las nuevas tecnologías, como las videollamadas, han sido grandes aliadas para mantener el contacto.
Se pone fin así a un periplo que ha supuesto un hito para la historia de la navegación de España y una demostración de entereza y responsabilidad por parte de las 227 personas que han formado la dotación del Elcano. Un crucero de instrucción que se ha mantenido libre de COVID y cuya tripulación merece recoger el fruto del esfuerzo y disfrutar en casa del cariño de sus seres queridos .