El Hospital Puerta del Mar desarrolla medidas para reducir las radiaciones en Neonatología
El objetivo es evitar a los bebés los daños aparejados a pruebas diagnósticas como las radiografías, que afectan en mayor medida a los recién nacidos
El Hospital Puerta del Mar está desarrollando medidas para reducir las radiaciones ionizantes en las pruebas diagnósticas que se realizan a los pacientes de la Unidad de Neonatología.
Con este objetivo, se están reemplazando las radiografías por ecografías, en los casos que es posible, y se está implantando la utilización de planchas de plomo de medio milímetro de grosor para la protección de los pacientes a los que no se les está realizando la prueba pero si se pueden ver afectados por la radiación dispersa.
Esta actuación se engloba en la Estrategia de Seguridad que promueve la Consejería de Salud y Familias con el objetivo de lograr una atención cada vez más segura a los pacientes.
Los profesionales que trabajan en Neonatología han comprobado que que la mayoría de los recién nacidos que ingresan en esta unidad precisa de alguna prueba que conlleva radiación ionizante, de forma que los bebés pueden recibir una media de entre 5 y 10 radiografías durante el período neonatal.
En general, los recién nacidos ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal reciben también la radiación dispersa procedente de las radiografías que se realizan a los pacientes próximos . Algo que ha motivado también la puesta en marcha de las nuevas medidas de protección.
En el caso del uso de planchas de plomo, se están colocando de forma manual a ambos lados del paciente al que se le realiza la radiografía, ya sea en UCI o en planta. Desde el centro se ha demostrado que esta práctica reduce la radiación dispersa hasta en unas 60 veces en los bebés de incubadoras contiguas.
El aumento de la utilización de ecografías ha permitido reducir, de momento, un 30% el número de radiografías. Se están incrementando para la valoración de patología cerebral, cardíaca, pulmonar, abdominal o de dispositivos , como los casos de tubos endotraqueales, vías centrales o sondaje vesical.
Una práctica que vienen incrementando los profesionales con el objetivo de afectar lo menos posible al desarrollo de los bebés.
