Se recuperan tras dos años de parón por la pandemia las procesiones
El sol y el levante fueron los protagonistas del Domingo de Ramos en la capital, en el que hicieron estación de penitencia cinco hermandades.
Tras dos años de espera los más devotos salieron a la calle para disfrutar de las cinco hermandades que desfilaron este Domingo de Ramos por la ciudad.
El calor se hizo patente en las primeras salidas, la de la hermandad de La Borriquita, desde la Iglesia de San José, el Despojado, que puso su cruz de guía en la avenida María Auxiliadora cerca de las 15.00 h, ambas en extramuros, y Las Penas, desde San Lorenzo
Cuando la hermandad de La Paz se acercaba hasta las Puertas de Tierra, sufrió un percance en la bambalina, lo que provocó que entrase con 45 minutos de retraso en la Carrera Oficial. Una demora que afectó al resto de cofradías que se encontraban en la calle.
Con la tarde más avanzada inició su recorrido la Sagrada Cena desde Santo Domingo. La jornada la cerró la cofradía de la Humildad y Paciencia, con sede canónica en San Agustín que decidió retrasar su salida para no sufrir el parón provocado por la primera cofradía que había entrado en la Carrera Oficial.
La nota curiosa de la jornada la puso la hermandad del despojado. La banda de Linares que acompañaba al misterio comunicó a la 1:30 de la madrugada que terminaba de tocar, ya que a esa hora finalizaba su contrato. En un gesto de buena voluntad la agrupación musical Polillas, que acababa de dejar la hermandad de la Cena en santo Domingo, se trasladó hasta San José para acompañar en el último tramo a la hermandad salesiana.
Una jornada que estuvo acompañada de un tiempo propicio, sólo el fuerte viento de levante obligó al sobreesfuerzo de los encendedores de los pasos. Sin duda el domingo más esperado, tras el parón obligado de dos años por la pandemia.