El Consejo de Gobierno autoriza la creación de la Comisión de Seguimiento de la Sequía

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Embalse de los Hurones, al 43% de su capacidad después de hacer recibido un trasbase.
Redacción OC

El órgano nace con el objetivo de analizar la evolución y los posibles impactos a los sectores productivos andaluces.

El Consejo de Gobierno ha aprobado instar a la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural a la constitución de la Comisión de Seguimiento de la Sequía en Andalucía. Esta decisión se adopta para desarrollar una política efectiva dirigida a la mejora de la seguridad hídrica y a la mitigación de los efectos de la escasez de agua, afrontado así los retos que afectan a varios departamentos de la Administración de la Junta de Andalucía.

En este sentido, además de la importancia del agua para el propio abastecimiento humano doméstico, el futuro órgano nacerá para el estudio y el análisis del impacto económico que puede tener la sequía vinculado a usos de agua, que afecta a sectores productivos de gran importancia en Andalucía como la agricultura y ganadería, pero también al turismo, la industria y el sector energético, y su posible repercusión sobre el medio ambiente.

En estos meses, la Junta de Andalucía ha aprobado dos decretos de sequía destinados a paliar estos efectos al entender que todos los indicadores ponían de manifiesto la escasez de recursos en un año excepcionalmente seco. Así se ha recogido en las deliberaciones mantenidas en los comités de gestión y las comisiones para la gestión de la sequía celebrados en las distintas demarcaciones hidrográficas intracomunitarias de competencia autonómica. Estas actuaciones respondían a que las precipitaciones y aportaciones acumuladas se situaban incluso en algunas zonas por debajo de valores mínimos históricos.

A fecha actual, las reservas del conjunto de dichas demarcaciones hidrográficas intracomunitarias (Cuencas Mediterráneas Andaluza; Guadalete-Barbate; Tinto, Odiel y Piedras) se sitúan en el 33,66% de su capacidad, afectando a la garantía del abastecimiento en las poblaciones afectadas, repercutiendo también de manera significativa a los cultivos de regadío por no poder satisfacer su demanda de agua.