Inflación, subida desorbitada de precios y la posible recesión económica marcarán este inicio del nuevo curso.
Los economistas anuncian un panorama de incertidumbre y dificultades para este último tramo de 2022
Complicado panorama económico el que se augura para este último cuatrimestre del año.
Y eso a pesar de que la campaña turística de verano va a cerrar de manera excepcional.
Y aunque el dato adelantado del IPC de agosto se rebaja y parece darnos un respiro, no deja de ser un dato engañoso.
Y es que la inflación subyacente, que elimina del cálculo carburantes, energía y alimentos no elaborados, sube de manera preocupante.
Con la cesta de la compra por las nubes y los carburantes y la energía a precios insoportables, a lo que se añade la subida del precio del dinero y los préstamos y la considerable repercusión que tendrá en las hipotecas variables.
Todo esto en un contexto mundial muy inestable e incierto.
Con lo cual, como resultado inmediato para las economías domésticas, se va a producir un inevitable incremento de gastos incluso con menor consumo.
Pese a todo desde el Colegio de Economistas lanzan una recomendación: nada de caer en el efecto pánico pero sí.
Así pues toca ajustarse las cuentas y aplicarse aquello de ser previsor vale por dos.