Familias de alumnado con necesidades específicas denuncian la falta de profesionales de apoyo educativo
Exigen soluciones a las administraciones ante una situación de desigualdad de oportunidades en el desarrollo formativo que se agrava en Bachillerato.
El mayor silencio que sufren familias gaditanas con hijos con necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE) es el que llega por parte de las administraciones. Es el caso de Rosario Suárez, su hija Irene de 15 años sufre acueducto vestibular dilatado, una patología que afecta a su sensibilidad auditiva y que sólo tiene tratamiento analgésico. Al duelo emocional que sufre esta familia desde la llegada del diagnóstico se suma la lucha por alcanzar la igualdad de oportunidades en el ámbito académico. Irene sufre brotes esporádicos que impiden que acuda a clase algunos días. Unas faltas solventadas desde ámbito familiar , ya que sólo cuenta con un profesor de Pedagogía Terapéutica (PT) seis horas a la semana.
Pero este reto en su pelea por lograr alcanzar el nivel de sus compañeros se antoja más difícil cuando Irene mira al futuro, puesto que este profesor de apoyo desparece cuando el alumnado de necesidades específicas llega a Bachiller. Una situación que ya sufren otras familias con hijos en esos cursos superiores. Denuncian que la ausencia de profesionales especializados que hagan la adaptación curricular repercute de forma directa en el expediente académico.
Para estos padres y madres, la unión hace la fuerza. Están creando una plataforma junto a movimientos como Marea Verde para favorecer que estos jóvenes alcancen su desarrollo formativo. Una de las primeras acciones que han llevado a cabo este grupo de madres y padres es mantener una reunión con la Ministra de Educación, Pilar Alegría; el siguiente será llevar el caso ante el Defensor del Pueblo Andaluz.