El 84% de las cuidadoras no profesionales son mujeres
Colectivos y cuidadoras reclaman más recursos para la ley de Dependencia
El rostro de los cuidados es femenino y singular
La conciliación es una asignatura pendiente en la sociedad actual. Pero la brecha de género se agranda si hablamos de los cuidados de menores o personas dependientes.
La consejería de Inclusión social, Juventud, Familias e Igualdad ha elaborado una Estrategia de Conciliación en Andalucía que realiza una foto fija de la realidad familiar en materia de corresponsabilidad.
En Andalucía la radiografía social arroja una enorme brecha de género. En 2021, 64.064 mujeres asumieron el cuidado de personas dependientes de una forma no profesional, frente a 12.065 hombres.
Uno de los máximos exponentes de la feminización de los cuidados se produce en las personas cuidadoras no profesionales.
Las mujeres asumen el rol principal de la atención a personas dependientes por cuestiones de género, en base a una supuesta capacidad innata del género femenino para los cuidados. Así lo ha constatado en el ejercicio de su profesión la trabajadora Social M.ª Eugenia León, que es además consultora en cuestiones de igualdad.
En primera persona, nos lo cuenta Lola Fernández. Docente, cuidadora no profesional durante los últimos 10 años de su madre afectada de alzheimer, fallecida recientemente.
Y también Laura Quero, profesora. Madre de Marina, una niña de 5 años, afectada por una enfermedad neuromuscular.
Ante la aparición de personas dependientes en el ámbito familiar, se ha naturalizado que sea la mujer quien asume la responsabilidad de su atención. Una realidad con la que trabajan día a día desde colectivos del ámbito sociosanitario como la asociación de Familiares de Alzheimer de Cádiz.
Las mujeres cuidadoras de familiares dependientes padecen un alto coste: físico y psicológico. Ven relegada su vida personal, y apenas les queda tiempo para actividades de ocio y su autocuidado.
Son habituales los problemas de salud mental, como elevados niveles de estrés, ansiedad o depresión. El cansancio físico y mental se acentúa además cuando estas mujeres trabajan.
¿Y qué ofrecen las administraciones públicas para ayudar a las cuidadoras en esta tarea?
En Andalucía la Ley de dependencia existe desde 2006, que supuso un hito importante en el reconocimiento de una situación que afecta a más de 260 mil personas según los últimos datos oficiales. Colectivos y cuidadoras insisten en la necesidad de agilizar los procedimientos para el reconocimiento de la dependencia y el acceso a las ayudas.
Pero no podemos olvidarnos al hablar de feminización de los cuidados, de la maternidad. Los permisos por nacimiento y cuidado del menor son un dato clave para conocer la distribución de los roles.
En Andalucía, de forma similar al resto de España, la proporción de padres que solicitan excedencia en 2020 apenas alcanza el 8%, frente a la aplastante mayoría de mujeres un total de 4343 andaluzas tramitaron permisos de excedencia en sus empleos para el cuidado de sus hijos e hijas.
Una realidad que supone el estancamiento profesional de estas mujeres, y que genera en muchos casos la sensación de frustración en sus trayectorias laborales.
7 de cada 10 mujeres andaluzas afirman que su trayectoria laboral se ha visto afectada por la maternidad.
El papel de la mujer en los cuidados de hijos o familiares con dependencia, es una muestra más de una sociedad que aún tiene mucho camino por recorrer para alcanzar la plena igualdad.