El verdadero último adiós

Los familiares leyeron los 101 nombres de los cadáveres exhumaron y que se han identificado
Los asistentes depositaron una flor en la fosa común del antiguo cementerio de San José
Mayte Huguet

Medio centenar de personas se reunieron este viernes en el antiguo cementerio de San José para despedir a las 101 personas que perdieron la vida durante la Dictadura de Franco y que, tras su exhumación, se ha conseguido conocer quiénes eran

Con el sol de la tarde cayendo, y en silencio que aún deja el solar que fue un camposanto, este viernes fue el día de decir el último adiós.

El que, aunque no por menos doloroso, siempre queremos dar a nuestros seres queridos cuando se van.

Un adiós que, quizás, sólo sirva para saber dónde están, o tener siempre presente que están en un lugar determinado. Pero es un hasta siempre que siempre queremos dar, quizás, para quedarnos en paz.

Una paz que no han conseguido tener en décadas muchas familias de Cádiz que desconocían donde estaba su padre, su abuelo o su hermano.

Personas que, en uno de los momentos negros de la historia de España, perdieron injustamente la vida por capricho, por ignorancia o por falta de tolerancia.

Uno de  los tantos tiempos oscuros de este país que aún escuece, y que sigue emanando sangre como una herida abierta.

Una herida que este viernes cicatrizó un poco. Y la sutura la hizo el poder decir adiós a 101 personas que hoy ya,  por fin, descansan en paz para sus familias.

Cuerpos hallados en las fosas comunes del antiguo cementerio de San José de Cádiz y que en estos últimos 8 años han sido identificados y poniéndole nombre y apellidos: José González Santos, Coucheiro, Cossi… 

Vecinos y vecinas de esta ciudad que ahora, sí, sus restos están depositado en una fosa, pero sabiendo quiénes eran.

Un acto de despedida organizado por la la Plataforma por la Memoria Histórica y en colaboración con el Ayuntamiento de Cádiz, con la presencia del concejal Martín Vila.

Tras recordar sus nombres, el poco más de medio centenar de personas que se encontraban presentes en el acto, tomaron un clavel, y con la música de violín de fondo, se fueron acercando hasta la fosa y diciendo, de verdad, el último adiós.

Una fosa que, según señaló el concejal, Martín Vila, ahora falta “que la Junta de Andalucía cumpla con su parte de la Ley de la Memoria Histórica y lo adecente para que siempre quede presente que quien descansa así fueron víctimas del Franquismo”.

El concejal añadió que han sido 16 años de mucho trabajo. “Los 8 primeros sin resultados, muy duros, aunque parece que en estas últimas elecciones a muchos se les ha olvidado. Y los siguientes 8 años se ha trabajado muchísimo con la colaboración de los técnicos municipales y los empleados de Cemabasa. Sin ellos, no hubiera sido posible. Y, por supuesto, por la insistencia de vosotros, los familiares, que no habéis cesado en vuestro empeño”, señaló Martín Vila durante su discurso ante los asistentes. 

El representante municipal terminó su discurso diciendo que “hace 80 años mataron a muchas personas por pensar diferentes, o por creer que las cosas se podían hacer diferentes. Así, aunque hoy se cierre esta fosa y se cierra un ciclo, tenemos que tener memoria. Sin memoria no hay democracia, sin memoria no podemos defender los derechos humanos”.