La Policía Nacional vuelve a poner en marcha este verano el Plan Turismo Seguro

Cádiz es un espacio seguro para el turismo
Cádiz es un espacio seguro para el turismo
Mayte Huguet

Llevar poco dinero encima, no perder de vista la maleta en estaciones o aeropuertos, o sospechar de ayudas sospechosas en mercadillos o de repente en la calle son algunas de las pautas para evitar tener algún disgusto durante las vacaciones.


 

La seguridad es uno de los factores más importantes a la hora de elegir destino de vacaciones. Y Cádiz es uno de esos lugares.

Durante la temporada estival se producen pocos robos o situaciones de inseguridad en la ciudad. Y, entre otros motivos, sucede gracias al Plan Turismo Seguro.

La Policía Nacional pone en marcha cada año este plan que tiene como objetivo incrementar de forma permanente la seguridad ciudadana. Pero también el turista, y no turista, debe colaborar para que los amantes de lo ajeno lo tengan fácil.

Así, desde la Policía Nacional aconseja, entre otros, no dejar artículos de valor a la vista en el interior del coche, para evitar que alguien quiera romper la ventana para llevárselo. También se aconseja que se lleve poco dinero en efectivo encima. Y en caso de llevarlo, se debe colocar en los bolsillos delanteros o en un bolso cerrado y portado hacia delante.

Para los que viajan en autobús, tren o avión, es importante identificar siempre las maletas, y siempre tenerlas cerca y a la vista.

Desde la Policía Nacional también recuerdan que no se debe facturar nunca una maleta de personas desconocidas, y, por supuesto, no dejar las pertenencias a personas que no estén identificadas.

En el verano, donde son habituales los mercadillos y las aglomeraciones, hay que estar siempre atentos a las personas que tenemos alrededor, y, sobre todo, desconfiar de esas ayudas aparentemente espontáneas.

En Cádiz, en la terminal de cruceros, están a disposición de los viajeros, un grupo de agentes que le ayudarán en caso de algún incidente, en su idioma, e intentando que el tiempo de gestión sea el menor posible.

Con estas premisas, turistas, y no turistas, pueden disfrutar de un verano sin sobresaltos.