La devoción particular de la Virgen de la Consolación sale a la calle acompañada por muchos curiosos
Un grupo de hombres y mujeres han querido sacar a la calle en procesión a una imagen que se encuentra en un local durante todo el año
De estar en una casa y después en un local, la imagen de la Virgen de la Consolación ha salido a la calle en respuesta a una supuesta demanda realizada por sus devotos.
Una imagen que está bendecida por un sacerdote gaditano, vicario de un parroquia de Extramuros, y que cuidan una serie de gaditanos que pertenecen a otras cofradías que sí pertenecen a la Iglesia Católica.
Este sábado ha salido a la calle esta imagen ante mucha expectación, ya que durante esta semana han sido, primero, partidos políticos, y después la Iglesia Diocesana, quien le ha dado protagonismo.
Los primeros, Adelante Izquierda Gaditana, que denunciaron que saliese esta asociación civil desde el Palacio de Congresos. Esto ya puso en alerta la salida de esta imagen, que obligó al Consejo de Hermandades y Cofradías de Cádiz a rechazar a que se celebren este tipo de procesiones de imágenes que no reciben culto eclesiástico, su asociación está fuera de la vida de la Iglesia y que no tiene un sentido evangélico ni catequético en la calle, solo el hecho de sacar una imagen a la calle en un paso.
Así, y ante tanta expectación, salió desde el Palacio de Congresos esta imagen, obra de Alfonso Castellano, un cordobés afincado en Cádiz que intenta hacerse un hueco entre los imagineros.
Una imagen que primero se encontraba en una casa y después en un local que mantiene un grupo de personas que pertenecen a cofradías que sí están regidas bajo la Iglesia Diocesana.
Acompañada por la banda de Gailín de Puerto Serrano salió la imagen y recorrió Santa María y El Pópulo pasadas las 2 de la madrugada, y es que el paso no cabía por el arco de la Rosa, algo que no tenía previsto la capatacía y que se encontró con el obstáculo el mismo día de la procesión.
Ahora la asociación deberá decidir si se quiere acercar a alguna iglesia para que comience a vivir bajo los preceptos de la Iglesia, que la imagen reciba culto, tenga un triduo, sus devotos celebren la eucaristía y, algún día, tras la autorización de la comisión de Arte Sacro y de otros estamentos, pueda salir a la calle como lo hacen otras muchas imágenes, como Santa Marta desde la parroquia del Rosario.