Cádiz da la bienvenida oficialmente a la Cuaresma con el tradicional Vía Crucis
El Consejo de Hermandades y Cofradías ha celebrado este lunes este acto penitencial, que presidió las imágenes titulares de Afligidos que procesionó en su paso adaptado a parihuela para este primer lunes de Cuaresma.
Este lunes, el olor a incienso en las calles ha sido señal que empieza un tiempo nuevo, el tiempo de Cuaresma. Un tiempo de preparación hasta la entrada Triunfal en Jerusalén el próximo 23 de marzo y que tiene como preludio el acto penitencial de las hermandades y cofradías gaditanas.
Un Vía Crucis que este año ha sido presidido por las imágenes titulares de la cofradía de Afligidos que fueron trasladadas desde la iglesia de San Lorenzo hasta la Catedral.
Un traslado que se realizó en su paso procesional, adaptado a parihuela para este día, en donde, además de la imagen del Señor de los Afligidos y María Santísima de los Desconsuelos, completaban el conjunto escultórico la imagen de la Verónica y de Simón de Cirene.
Tres estaciones del Vía Crucis en un solo instante y que atrajo a numeroso público por las calles de Cádiz que llenaron cada uno de los tramos por los que pasó el cortejo hasta llegar a la Catedral.
Un camino que se hizo en apenas dos horas, entrando las imágenes en la Catedral de Cádiz a las 19:30 horas, para iniciar media hora después, el Vía Crucis.
Presidiendo el altar de la Seo gaditana, el encuentro de Jesús con su Madre en la calle de la Amargura recordaba, mientras se realizaba la reflexión, de cómo Jesús sufrió el calvario y como su Madre, María, no lo abandonó ni en su muerte.
Y en la Catedral, además de sonar la voz de 14 lectores de las estaciones, el silencio solo se rompía con la voz del Ensemble Stella Maris acompañada por la capilla musical San Pablo.
Antes de finalizar el acto, el obispo de la Diócesis quiso recalcar que este tiempo es para reflexionar, para dejar de vivir en la mentira, el chisme y la crítica, y hacer examen de conciencia de cómo es cada uno.
A las 21:30 horas, Rafael Zornoza daba su bendición y comenzaba oficialmente la Cuaresma en Cádiz.