El Gobierno maneja el 16 de julio como fecha de apertura al tráfico del Puente Carranza

Una excavadora trabaja a la entrada del Puente Carranza
Una excavadora trabaja a la entrada del Puente Carranza
Laura Jurado

La obra dependiente del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana contará con una grúa de 600 toneladas para la retirada y puesta de las seis vigas afectadas. 

Garantizar la seguridad en el vano 30 del Puente Carranza a corto plazo tras años de deterioro a causa del oleaje. Es el objetivo del Gobierno central tras la declaración de las obras de emergencia por parte de Inspección en las primeras seis vigas de acceso a la infraestructura. 

Unos trabajos que comenzaron a finales del mes de diciembre y que avanzan en los tiempos establecidos por el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, tras el cierre a la circulación el pasado domingo 17 de marzo. El Estado maneja el 16 de julio como fecha de apertura al tráfico. 

Para cumplir con los cuatro meses anunciados de cierre al tráfico, la obra cuenta con 30 operarios fijos que trabajaran en tres turnos si es necesario y si las condiciones laborales lo permiten, según apunta Antonio Romero, Ingeniero de la dirección de obra. 

En estos momentos, los trabajos se centran en finalizar la retirada de los servicios afectados y en el arranque de la demolición de la capa fina de los 44 metros del puente donde incide la acción de la constructora Eiffage, empresa adjudicataria de la obra. 

Tras ello, una fase crucial de la acción: la retirada de las seis vigas afectadas y su demolición en una explanada dispuesta cerca de las instalaciones del Club Náutico Elcano. Al mismo tiempo, llegaran los nuevos puntales en vehículos especiales desde Utrera, lugar donde se ubica la empresa encargada de su construcción. 

Tanto las antiguas vigas como las nuevas tienen 2,40 metros de alto y 120 toneladas de peso, que requerirán de una grúa especial de 600 toneladas, de las pocas existentes en el país, que además cuenta con piezas específicas para la obra. 

Será entonces cuando la infraestructura ofrezca una de las imágenes más llamativas, el vacío en el tramo afectado, una situación que desde la jefatura de la demarcación de Carreteras esperan que dure el menor tiempo posible. 

Tras la colocación de las nuevas vigas, la constructora procederá a las actuaciones complementarias como la restitución de los sistemas de contención, iluminación, señalización y defensas y reposición del firme. 

El jefe de la Demarcación de Carreteras, Marcos Martín, subraya la necesidad de acometer estos trabajos en una infraestructura con 60 años de historia castigada por la climatología de la zona. Ha subrayado la garantía de seguridad en el resto del Puente Carranza, ya que la Inspección del Ministerio ha realizado un estudio de toda la infraestructura. Asegura que es un encargo con una partida presupuestaria de tres millones de euros, similar a la dotación ministerial para las obras en Río Arillo para el paso del tranvía.