Inmersos en el dolor por su pérdida, el único consuelo, por decir algo, que podríamos encontrar está en una absoluta certeza: Theo Vargas se va de esta vida, si se me permite la licencia , “con las botas puestas”. Eso significa para un periodista ,ni más ni menos, que irse con el reconocimiento justo, no solo de los suyos, de su familia, de sus compañeros y amigos, sino, también, de sus oyentes, e ,igualmente, de todo el ámbito deportivo y social en el que se movió durante más de 30 años.
Si algo resulta valioso en esto del periodismo, es, sin duda alguna, el ser capaz de aportar una impronta singular , un estilo propio, sumamente honesto y limpio, a la hora de afrontar el hecho informativo. Y él lo consiguió. Pero su particular sello iba más allá de lo estrictamente formal. Era , sobre todo, su capacidad de entrega. La pasión que ponía en la tarea diaria y ,por supuesto, el compromiso estrecho que exhibía inalterable con su universo que no era otro más que el Cádiz, C. F. y todo lo que acontecía a su alrededor. Y no se olvide. Todo eso, en los tiempos buenos y , por supuesto, en los malos, que los hubo, y muchos, sin que desfalleciera lo más mínimo.
Nunca buscó el halago fácil o recompensa alguna. Cumplía con su obligación pero su esfuerzo, su humanismo ,su bondad ,adornada de esa tierna ingenuidad que le caracterizaba, no pasó desapercibida y pronto contó con el favor y cariño de todos. La radio pierde a uno de los que hacen grande a este medio informativo. Pero nos reconforta saber que se va con el cariño y el afecto de todos los que tuvieron el lujo de compartir su tiempo. No hay mayor logro para un periodista . Theo se lo merecía y, también, claro, su esposa Ana y su hijo Carlos. Descansa en paz, amigo.
Antonio Yélamo Crespillo
Director Cadena SER en Andalucía
