Fue un hombre bueno, en el sentido más machadiano del término. Un krausista -en pleno siglo XX-, como Federico de Castro o el propio padre de los Machado, a los que dedicó buena parte de su vida académica y profesional. Juan López Álvarez, profesor colaborador honorario del área de Filosofía en el Departamento de Historia, Geografía y Filosofía de la Universidad de Cádiz, se nos ha ido sin hacer ruido, dejando una herida en el recuerdo de cuantos lo conocimos y de cuantos trabajamos con él tanto en la vieja Facultad de Filosofía y Letras como en el nuevo edificio que lo recibió como Decano entre 1991 y 1999. Juan López era, es y será una institución para la UCA; contribuyó a la revitalización de las humanidades desde su magisterio y a la vida universitaria desde su gestión como Secretario General de la Universidad con el entonces Rector José Luis Romero Palanco y al frente de Filosofía y Letras.
Su risa, su vitalidad y su generosidad eran sus credenciales y su tarjeta de visita era una conversación profunda y a la vez, desenfadada, sobre la vida y sus mil maneras de disfrutarla. Juan ha sido un ejemplo para todos los alumnos que durante casi medio siglo han pasado por las aulas del entonces Colegio Universitario. Asistió en primera persona al nacimiento de la Universidad de Cádiz y la llevó siempre como bandera allí donde fuera; también en la localidad serrana de El Bosque, donde era un referente, y hasta donde acercó en numerosas ocasiones a la propia Universidad con encuentros y cursos, haciendo gala de un espíritu universitario del que pocas personas pueden presumir.
En El Bosque ha fallecido Juan López Alvarez, en medio de una pandemia que nos impide acompañarlo y que nos deja aún más huérfanos si cabe. Con la marcha de Juan hemos perdido a un profesor, a un compañero, a un amigo.
Descanse en paz
Alberto Romero Ferrer
Catedrático de Literatura Española
Universidad de Cádiz
