María de los Santos Bruzón Gallego, catedrática de la Universidad de Cádiz.
Aunque la reacción más adecuada en estos momentos de dolor sea la de sumirnos en un silencio denso, respetuoso y agradecido, me atrevo a expresar brevemente la honda impresión de vitalidad que, desde nuestro primer encuentro, me causó María de los Santos Bruzón Gallego, catedrática de nuestra Universidad y directora del Departamento de Matemáticas; una compañera y amiga, una mujer fuerte, que decidió seguir subiendo por unos senderos empinados, iluminando, con su mirada bondadosa y juvenil, las sombras y los recovecos de nuestras complicadas existencias.
Su nombre constituye para sus familiares y para muchos de sus compañeros y amigos una referencia de vitalidad, de tenacidad, de pulcritud, de sencillez, de discreción y de creatividad.
Sensible ante las demandas de los alumnos, María de los Santos se había marcado unos altos niveles de autoexigencia en el rigor de sus propuestas científicas y un elevado grado de transparencia en sus diversas gestiones
académicas.
Ha muerto una profesora universitaria que, con su distanciamiento crítico, nos ha legado una evidente libertad de espíritu y una cortés humanidad. Si su vida fue para la Universidad un regalo, para sus familiares y para sus amigos su muerte constituye una pérdida irreparable. Descansa en paz, querida amiga María De los Santos
