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Luci Vera, una gaditana del barrio de Santa María, con su arte, genio y temperamento partió con su marido hasta tierras holandesas en los años 60 para mejorar su vida dejando atrás su querida Tacita de Plata. Un tiempo de sacrificado trabajo y convivencia en la nación de acogida que le dio oportunidad de ser testiga de acontecimientos singulares, como la explosiva reacción del país a la controvertida boda de la princesa Beatriz con un aristócrata alemán; los paseos del discreto noviazgo, en aquel entonces por Ámsterdam, del afamado guitarrista Paco de Lucía con Casilda Varela, o finalmente la sexta Copa de Europa obtenida por el Real Madrid ante el Partizán en Heysel
