Los farmacéuticos de cádiz alertan sobre la necesidad de emplear fotoprotectores para prevenir lesiones en la piel y envejecimiento prematuro

Recomiendan la aplicación al menos media hora antes de la exposición al sol, además de evitar realizarla durante el mediodía cuando las radiaciones ultravioletas alcanzan su máxima intensidad
El inicio del verano trae consigo una subida del índice de radiación ultravioleta. Así lo advierte la Agencia Estatal de Meteorología, cuanto más alto está, más peligroso es el sol. Durante la temporada estival, alcanza la máxima altura entorno al medio día, fuera de las zonas tropicales del planeta.
Los expertos de la AEMET confirman que la intensidad de la radiación UV es máxima cuando no hay nubes, aunque puede ser alta incluso con el cielo nublado. De hecho señalan que el 90% de la radiación ultravioleta puede atravesar las nubes poco densas.
Hay que tener en cuenta además que distintos tipos de superfície reflejan o dispersan la radiación UV en diversa medida. En el caso de la arena seca de la playa lo puede hacer en un 15%, mientras la espuma del mar refleja alrededor de un 25%.
Los profesionales de la salud alertan sobre la necesidad de una adecuada protección contra el sol durante todo el año, pero en mayor medida en esta época. Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cádiz se hace hincapié en la utilización de fotoprotectores, como la forma más eficaz para prevenir los estragos del sol en nuestra piel.
Entre las recomendaciones básicas hay que destacar la de evitar la exposición solar entre las 12:00 y las 17:00 horas; además de cubrirse con una sombrilla, usar sombrero y gafas de sol homologadas, o utilizar fotoprotectores con factor de protección superior a 30.
En cuanto al uso de estos productos, los farmacéuticos recuerdan la importancia de aplicarlos al menos media hora antes de tomar el sol para su correcta absorción.
Los profesionales sanitarios destacan además que los efectos nocivos de las radiaciones ultravioleta no siempre se muestran de forma inmediata, pero pasan factura como lesiones o envejecimiento prematuro.