El gran arca del voluntariado del Proyecto Noé

Las personas mayores han aprendido el lenguaje digital
La parroquia de San José puso tras el confinamiento en marcha el proyecto Noé
Mayte Huguet

La parroquia de San José puso en marcha tras el confinamiento este grupo de ayuda para personas mayores

Fueron muchos días sin poder salir a la calle.

Sin poder ver a sus hijos y conocidos.

Sin asistir a la misa de los domingos.

Sin darse el encuentro con sus amigos en el banco de la iglesia.

Pero sobre todo, fueron muchos días de silencio.

El confinamiento puso a prueba a las personas mayores, en especial, a las que vivían solas.

Durante meses tuvieron que pedir ayuda a los más cercanos para que les trajesen la compra, bajasen al perro o le comprasen las medicinas.

Y entre los más cercanos estaba la parroquia de San José.

Durante el confinamiento ayudaron a muchas personas a luchar contra la soledad.

Y de ahí nació el proyecto Noé.

Desde la parroquia de San José, que dirige el padre Alfonso Gutiérrez Estudillo, se puso en marcha esta iniciativa donde un grupo de voluntarios jóvenes ayudaban a estas personas mayores a entrar en el mundo digital.

Enseñarles cómo se usa el servicio de WhatsApp o hacer una videollamada para ver a los nietos.

Cómo entrar en la página del Servicio Andaluz de Salud para pedir cita en el médico.

O entrar en la web del supermercado para hacer la compra y que se la lleven a casa.

Estas han sido algunas de las herramientas que han aprendido a utilizar en los últimos meses en la parroquia de San José, siempre acompañado por un café y por una buena charla.

Para estas personas mayores los voluntarios han sido sus pies y sus manos durante estos meses.

Gracias a ellos han aprendido a usar el smartphone. Y algunos, hasta un móvil analógico.

La mayoría apenas tenían nociones de cómo funcionaban. Otros incluso ya sabían hasta como usar google Drive.

Los voluntarios no son expertos en redes sociales ni en informáticas.

Todas son personas cercanas a la parroquia que han querido aportar su grano de arena en estos tiempos más complicados.

Las personas mayores además de aprender cómo se usa las aplicaciones de móvil, también les ayuda a romper esos momentos de soledad.

Unos momentos que también se rompen cada semana con la atención telefónica que realizan estos voluntarios para saber que su ya amigos están bien.

Una llamada, un encuentro, un café, la excusa de aprender a usar el móvil.

Todos los motivos son buenos para este encuentro que tanto para el anciano, como para el voluntarios.

La atención telefónica continuará durante el verano, pero los talleres de formación digital regresarán el septiembre. De formación digital o de lo que sea. Lo importante es estar juntos y evitar la soledad.

El proyecto Noé es el gran arca en donde caben todos, y en donde todos tienen algo que dar, aportar y recibir.