Tres siglos de la primera piedra de la Catedral de la Santa Cruz sobre las aguas

Es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad
La Catedral de Cádiz cumple 300 años del inicio de su construcción
M. H.

El Cabildo Catedral comienza a preparar un programa de actos para conmemorar esta efemérides

Aunque no hay nada escrito. Al menos existe la intención, que no es poco. El Cabildo Catedral, encabezado por su Deán, el padre Ricardo Jiménez, no quieren dejar que caiga en el olvido una fecha tan importante como la del inicio de la construcción de la Seo gaditana. 

Este 2022 se cumplen 300 años desde que se pusiese la primera piedra de este edificio que, 3 siglos después, parece que sigue sin estar concluido.

Sobre la mesa existen muchas ideas, pero la que tiene gran peso es una gran exposición sobre la Catedral de Cádiz y su historia. 

Una Catedral de Cádiz que se construyó bajo la advocación de la Santa Cruz sobre las Aguas, y que nació por la necesidad de que la ciudad contase con un nuevo primer templo. Y es que ya existía la parroquia de Santa Cruz, ordenada levantar por Alfonso X El Sabio tras el traslado de la Diócesis desde Medina Sidonia en 1267.

Así, y tras lograr Cádiz el traslado, en 1.717 de la Casa de la Contratación y del Consulado de Cargadores de Sevilla, se decidió que había que dotar a la ciudad de una nueva Catedral acorde con los nuevos tiempos y circunstancias.

El Cabildo Catedral se puso en contacto en noviembre de 1721 con el arquitecto cántabro Vicente Acero y Arebo para idear este proyecto. Él aceptó su proyecto , siendo nombrado director de la obra.

El 5 de mayo de 1722 el obispo de Cádiz de entonces, Lorenzo Armengual de la Mota, coloca la primera piedra del proyecto de Acero, que dibujó un magnífico templo al estilo barroco, con una planta en forma de cruz latina, rematada en el extremo del crucero con una girola, inspirándose en dos obras de su homólogo Diego de Siloé, la Catedral de Granada y la Catedral de Guadix.

De Acero se mantuvo en el cargo hasta 1729 cuando el cabildo eclesiástico lo destituye y coloca al frente de las obras a Gaspar Cayón. A este último lo sucede en el cargo, su sobrino el arquitecto Torcuato Cayón a mediados del siglo XVIII.

Torcuato Cayón, imprime en la Catedral la transición del estilo barroco al neoclásico. Modificando parte de su frente, laterales, así como disminuye la altura prevista para la ubicación de la cúpula sobre el crucero y la altura de las dos torres. La cuales coronó cada una con estatuas.

En 1783, comanda la obra de la Catedral Miguel Olivares. Desde 1790, la dirección de la obra pasa a manos de Manuel Machuca. Finalmente, hasta la terminación de las obras, la supervisión estuvo a cargo de Juan Daura.