Tres centros de salud de Bahía-La Janda consiguen el certificado de calidad
La delegada de Salud y Consumo en Cádiz ha hecho entrega de los distintivos de calidad de la ACSA, que reconocen el compromiso de sus equipos con la cultura de la calidad y la mejora continua.
Las unidades de Atención Primaria del Distrito Bahía de Cádiz-La Janda de Puerto Real, Conil La Atalaya y Chiclana El Lugar han recibido hoy la certificación de calidad por parte de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía (ACSA), entidad de la Consejería de Salud y Consumo encargada de impulsar la calidad y la mejora continua en el sistema sanitario.
El acto de entrega de los certificados, que se ha celebrado hoy en la Delegación Territorial de Salud y Consumo de Cádiz, ha contado con la presencia de la delegada provincial del ramo, Eva Pajares Ruiz, del director gerente en funciones del Distrito Bahía de Cádiz-La Janda, Antonio José García Navas, y del director de la ACSA, José Ignacio del Río Maza de Lizana. Asimismo, al acto han asistido el equipo directivo y de calidad del distrito, y los responsables y profesionales de las unidades certificadas.
Durante el acto, los responsables de las tres unidades han recogido en representación de sus equipos los certificados que acreditan la finalización de sus procesos de certificación, culminados con la obtención del nivel ‘Avanzado’. Este reconocimiento demuestra el compromiso con la excelencia y la mejora continua del servicio que estas unidades ofrecen a la ciudadanía, garantizando que su actividad se ajusta a los estándares de calidad definidos en los manuales de certificación de la ACSA.
Estos criterios de calidad evalúan aspectos referidos a la organización de la actividad, la accesibilidad y continuidad de la atención, los derechos de los usuarios y la seguridad de los procesos.
A través de la autoevaluación que las unidades han realizado sobre los estándares de la ACSA, y que se ha ratificado en unas visitas de evaluación, el proceso de certificación constituye, además de un reconocimiento, una oportunidad de aprendizaje y crecimiento, que en este caso ha permitido identificar y desarrollar acciones de mejora. Además, el proceso ha permitido identificar varias fortalezas del trabajo de las unidades, que el equipo evaluador ha reflejado en su informe final.