Protegiendo a España en 120 metros cuadrados y aislados durante 45 días

Este espacio apenas tiene una superfie de 100 metros cuadrados en donde conviven más de 60 personas
El submarino Galerna permanecerá en el muelle hasta este lunes
Mayte Huguet

La Armada Española abre las puertas del submarino Galernas para que los ciudadanos conozcan la realidad de este cuerpo

Los submarinos no son como lo pintan. O al menos, no como lo pintan en las películas.

Los submarinos de la Armada Española son navíos pequeños en donde más de 60 submarinistas, hombres y mujeres, trabajan desde su vocación a servir y proteger a su país, a España.

 

Hombres y mujeres con una preparación especial, diferente al resto de los cuerpos de la Armada Española, ya que su día a día no se parece nada al resto.

 

Y es que el Galerna, que hasta este lunes por la mañana está atracado en el muelle de Cádiz, es un navío de apenas 120 metros cuadrados.

Un pequeño espacio en donde no existe ventilación, no hay pasillos largos para correr y las camas apenas permiten darse la vuelta a la dotación. 

 

Submarinistas que tienen como deber proteger a España. Pero no atacando al enemigo con torpedos y otras armas como sucede en las películas.

Sino vigilando bajo las aguas posibles ataques y, otra labor importante, protegiendo a los caladeros de pesca españoles de la posibilidad de que otros países puedan adentrarse en ellos.

 

Servir y proteger. Dos palabras que a estos submarinista se le puede sumar sacrificio.

Y es que cuando el submarino se sumerge bajo las aguas, puede estar hasta 45 días navegando sin tomar tierra.

 

Hombres y mujeres aislado de todo y de todos durante este tiempo.

Solo un corto correo electrónico diario en donde explican y les cuentan que están bien. Pero solo eso, porque no pueden contar nada lo que sucede en el submarino.

 

Y es cada una de sus misiones son secretas, ya que su labor de vigilancia en el fondo del mar no les permite revelar dónde se encuentran en cada momento.

 

Un espacio en donde la palabra compañerismo cobra más sentido que nunca.

Y es que en cada unas misiones, que se alargan meses en muchos casos, la única familia de esta dotación son ellos mismos.

 

Un lugar en donde solo hay una ducha, que deben turnarse, dos baños, una pequeña cocina de apenas 3 metros cuadrados, espacios de reunión en los que se debe entrar de lado, pasillos en donde no cabe ni un carrito de bebé, y camas que se alienan de tres en tres y que solo tienen una entrada y la misma salida.

 

Un lugar donde no existe mañana ni noche, ni tarde ni mediodía, y que solo la rutina se rompe con turnos de trabajo, juegos y charlas de confidencia.

 

El submarino Galerna no solo es un ejemplo de cómo trabaja la Armada y cuál es su cometido. El submarino demuestra que la Armada está para protegernos en las condiciones más complicadas con hombres y mujeres que son auténticos héroes y, sobre todo, compañeros.