Apagón

Tras nueve horas sin suministro eléctrico, la luz fue repuesta en Cádiz a las nueve de la noche

Imagen de la avenida principal el pasado lunes
Imagen de la avenida principal el pasado lunes
Mayte Huguet

Los ascensores volvieron a funcionar, las luces en los escaparates se volvieron a encender, las linternas en las casas se apagaron de inmediato y el agua comenzó a correr para que todo volviese a la normalidad.

Comenzaba a caer la tarde del lunes, y a través de las ventanas comenzaban a verse las luces de las linternas y velas encendidas.

Las plazas y las calles empezaban a quedarse vacías después de que las familias hubiesen aprovechado la luz solar para pasar la tarde fuera de sus hogares.

Y cuando la tarde comenzaba a hacerse noche, la luz regresó. Entre palmas y vítores de los gaditanos y gaditanas que ansiaban volver a la normalidad tras 9 horas sin suministro eléctrico.

Y entonces, todo volvió a ser como cada día.

Las farolas iluminaban las calles como cualquier día.

Los semáforos volvieron a regular el tráfico y los vehículos podían circular con normalidad por las calles y avenidas.

Los cajeros volvían a poner en sus pantallas que estaban operativos para sus clientes.

Los almacenes que aún quedaban abiertos volvían a enfriar sus bebidas en las neveras.

Las luces de los comercios se encendían de nuevo.

Los ascensores subían y bajaban de las plantas de los edificios como cada día.

Las puertas de los garajes volvían a estar operativas y podían entrar y salir los coches.

Y el martes por la mañana, desde primera hora, las bajaras de los comercios han vuelto a abrir después de más de seis horas cerrados.

Las luces en los salones y cuartos se han encendido como cada día desde primera hora de la mañana.

Las cafeteras en las cafeterías han vuelto a sonar, y las tostadoras han vuelto a calentar pan emanando ese olor tan característico de cada mañana.

Porque la electricidad ha vuelto a activar las vidas de todos y todas que durante 9 horas quedaron paralizadas.

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