Sara mesa y su 'silencio administrativo' cierran la aportación del centro andaluz de letras a la feria del libro
La escritora traerá su último libro, un ensayo sobre la pobreza y la burocracia, este sabado en el Baluarte de la Candelaria
La Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, a través del Centro Andaluz de las Letras (CAL), concluye este sábado su aportación a la Feria del Libro de Cádiz con la presentación del último libro de Sara Mesa, Silencio administrativo. La pobreza en el laberinto burocrático, publicado por Anagrama. Este acto se enmarca dentro de la 34 Feria del Libro de Cádiz, en la que ha participado de nuevo el CAL de la Junta de Andalucía. El sábado 11 de mayo a las 18 horas en el Baluarte de la Candelaria, la autora firmará ejemplares del libro una vez finalizada su intervención acompañada por José Manuel García Gil.
Se cierran así las aportaciones de el Centro Andaluz de las Letras a esta 34 edición, que ha estado dedicada a la mujer y la Literatura escrita por mujeres. También la Consejería se ha sumado a este reconocimiento, y de las seis actividades programadas en el global de la Feria, cuatro han estado protagonizadas por mujeres: Pilar Paz Pasamar en una exposición; Ana Sofía Pérez Bustamante en el homenaje a dicha poeta jerezana; María Iglesias; y, por último, Sara Mesa.
Silencio administrativo. La pobreza en el laberinto burocrático (Anagrama) cuenta una historia real: la de una mujer sin hogar, discapacitada y enferma que trata de solicitar la renta mínima a la que tiene derecho según los optimistas mensajes de la administración y los medios. Pero el laberinto burocrático que debe recorrer para ello, los escollos y trabas con que tropieza y la crueldad de un sistema que exige más a quien menos tiene desembocan en la desesperación.
Pero la autora no se queda ahí: mientras busca una solución para esta mujer, se lamenta de que los ciudadanos se quedan con la impresión contraria: que hay montones de prestaciones y ayudas para los más pobres, que se convierten en privilegiados, caraduras y vagos por los prejuicios. Es el comienzo de la aporofobia: el odio al pobre.