7-0. festival de goles de la roja en cádiz

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OCádizDigital

La selección de Robert Moreno barre a una débil Malta y certifica su primer puesto en el grupo F

Fiesta este viernes en el estadio Carranza. El protagonista en esta ocasión no fue el Cádiz CF, sino la esperada selección española, a la que los aficionados han mimado desde que llegó a tierras gaditanas este jueves. Se enfrentaba a Malta y se ha dado un festín de goles por todo lo alto.
Las últimas 36 horas han sido muy intensas hasta llegar al esperado bautizo de nuestra selección en Carranza y con resultados inmejorables. El entusiasmo, la alegría y la fuerza del equipo en el campo, han logrado certificar su primer puesto en el grupo F, aprovechando la debilidad del rival.
El técnico español, Robert Moreno, dio entrada a un once muy ofensivo, instalado en el clasico 4-3-3 para volcar todo su arsenal ofensivo en la portería de Henry Bonello, el hijo del mítico portero maltés que encajó los doce goles del España-Malta más recordado por todos.
Pese a la insistencia y dominio de la Roja, el gol tardaría en llegar. Hasta el minuto 22 no abrió la cuenta Morata, que aprovechó sendos pases de cabeza de Rodri y Gerard Moreno, para batir a Bonello en línea de gol.
El tanto de Morata avivó a la selección española, que minutos después consiguió el segundo por medio de Gerard Moreno, aunque finalmente el colegiado lo anuló, aunque el gol llegó de la mano de Santi Cazorla, que ajustó su remate junto al palo del cancerbero maltés.
Con el 2-0 se llegó al descanso. Justo después, vendría el resto de goles. Cinco para ser exactos, que darían una rotundidad inolvidable al partido.
Entró al campo Paco Alcácer, que se estrenó con un remate en el minutos 63. Poco después, Pablo Sarabia conseguía el cuarto tanto en el marcador, mientras que Dani Olmo se estrenaba con la absoluta marcando el quinto gol, tras diez minutos de duro trabajo en el terreno de juego.
El sexto gol llegó de la mano de Gerard Moreno con un remate de cerca que se convertía en tanto. El marcador ya estaba descolocando al cuadro maltés, que no veía la luz ante una España que se crecía y se gustaba en el césped. Jugadas tácticas y precisas, que dieron como resultado el séptimo y último tanto de la Roja.