Amalia cierra sus puertas tras casi 4 décadas vistiendo interiormente a los gaditanos y gaditanas
Tras casi 40 tras su mostrador de la plaza de la Libertad, Amalia cierra sus puertas.
Lo hará el 31 de julio, o antes si consigue vender todo el género que tiene en cajas y en sus famosos tenderos.
Un símbolo del comercio de la ciudad que, por jubilación se despide de sus clientes, pero que quedará en el recurso para siempre
Si había que buscar unos leotardos para el cole, en Amalia.
Si no se encontraba un sujetador que se adaptase al pecho, seguro que Amalia lo tenía.
Si buscabas una combinación para evitar las temidas transparencias, en Amalia.
Los calzoncillos más cómodos, también los tenía Amalia.
Y es que Amalia ha sido, y sigue siendo, el comercio de referencia en Cádiz de lencería y corsetería.
Sus inicios fueron como vendedora ambulante, junto a su padre, pero hace 39 decidió coger este pequeño local
Comenzó, como todos los negocios, con poquito, pero pronto fue buscando género especializado.
Y es que lo que busques, Amalia lo tiene seguro:
sujetadores reductores, calcetines para bebés, braguitas de todas las formas y colores, calzoncillos para todos los gustos, pijamas, combinaciones de todos los colores o bodies.
Pero, lo que nunca le ha faltado ha sido una sonrisa a todos sus clientes y una charla hablando de Cádiz.
Muchas son las novias que se han ido a comprar la lencería especial para el día de la boda.
Las primeras braguitas para una niña.
Y los deseos que se escribían en la carta de los Reyes Magos, que Melchor, Gaspar y Baltasar se lo encargaban a Amalia.
Amalia cierra sus puertas por jubilación. Un descanso más que merecido.
Ella echará de menos su día a día.
Pero sus clientes y clientas sí que la van a echar de menos.
Y es que ella tenía la habilidad de siempre acertar con las talla sin necesidad de ver a los clientes.
Con cierre de Amalia se cierra también uno de los capítulos del comercio de nuestra ciudad.
Que empezó a escribirse en blanco y negro y que durante 4 décadas ha llenado de color este rincocito de la ciudad.
Y es que todos los gaditanos y gaditanas han comprado, al menos una vez en la vida, en Amalia.