Dos nuevas concentraciones sitúan el foco en la escalada de la violencia y el recuerdo a las mujeres asesinadas

Ana Orantes fue asesinada en diciembre de 1997 por su marido tras denunciar en un programa de televisión que sufría malos tratos. Su muerte, que fue una conmoción en la opinión pública, permitió que el Gobierno de entonces anunciase la reforma del Código Penal en materia de violencia de género y para que se intensificaran campañas instando a las víctimas a denunciar su caso.

Hoy su memoria sigue viva en Cádiz, con su nombre en una glorieta, que hoy ha sido testigo de una concentración para pedir, una vez más, que no haya más mujeres que mueran a manos de sus parejas o ex parejas.

La Comisión 8M/25N ha vuelto ha recordar lo indefensa que están las mujeres ante estos casos de violencia de género, pidiendo a las instituciones públicas que pongan más medios para eliminar esta lacra.

Desde la organización también han criticado a los partidos de derecha y ultraderecha que niegan la existencia de la violencia de género. Además, aseguran que no todas las mujeres son tratadas por igual, sesgando por su lugar de procedencia.

La Comisión 8M asegura que la prevención es la única forma de luchar contra la violencia contra las mujeres, y desde la infancia.

Además de esta concentración, a las puertas del Audiencia provincial el colectivo Somos Ellas, junto con el grupo de Feministas de Raíz también ha realizado una concentración en donde han recordado a todas las mujeres que han sido asesinadas durante este año. Con las manos pintadas de rojo simulando la sangre de estas mujeres, y ataviadas como fantasmas, acercando el espíritu de cada una de ellas, este grupo de mujeres ha querido denunciar que en pleno siglo XXI los hombres siguen utilizando la violencia para dominar a las mujeres. Un mensaje que han querido llevar hasta la plaza del Palillero donde han leído un manifiesto para conmemorar un nuevo 25N.