Eduardo Bablé evoca una Navidad entre recuerdos familiares y el ambiente que se crea en la ciudad
El acto celebrado en el Teatro del Títere de la Tía Norica supone el punto de partida a los acontecimientos programados para estas fechas en la capital gaditana.
Tabletas de turrón hechas en Vigorito, la compra del economato guardada y saqueada en el ropero del dormitorio y una casa que era una jungla a la que se sumaba la colección de canarios y jilgueros de crianza de la abuela. pero, que también estaba abierta a alguna que otra visita inesperada.
Un ambiente navideño que se vivía en la ciudad en el que la familia Bablé disfrutaba de los lugares donde se impregnaban del espíritu de esta época del año.
Eduardo Bablé recordó también los momentos en familia del montaje del belén y la astucia de su padre para montarlo.
Un belén algo especial, que no sobrevivía a la Navidad siguiente y que podía parecer más una película del oeste que una escena del nacimiento en Palestina hace más de 2.000 años.
Un pregón que Bablé sintió como un honor y que agradeció, eso sí, tocando madera, porque como explicó, las cosas se hacen en vida y no cuando uno se haya ido a por tabaco.
